3 Tips de cómo acompañar una atmósfera de adoración como ministro
Cuando tu equipo de alabanza y la congregación se encuentra conectada con la presencia de Dios en tu iglesia, en momentos íntimos de adoración, tú como músico es importante que tengas sensibilidad de estos momentos y estar involucrado. Aquí te traemos algunos tips de cómo acompañar una atmósfera de adoración como ministro:
1. Respetar los tiempos de fluir
Por ejemplo, cuando ha terminado la última canción de adoración y se encuentra el equipo fluyendo en adoración con un pad de fondo es importante respetar este momento en el cuál no necesariamente tienes que tocar tu instrumento (dependiendo qué rol estés ejecutando), si estás tocando la guitarra eléctrica puedes meter detalles de fondo pero no saturar, es más, hay momentos donde simplemente no deberías tocar y tan solo levantar tus manos y cantar ya que tú eres ejemplo de los que están viendo desde abajo y un elemeno importante que en conjunto conforma el sonido de lo que sucede en un ensamble musical (otro ejemplo sería la bateria). Lo mejor sería observar al que está dirigiendo la canción y mantenerte al tanto de los cambios que pueden surgir, cuidando los matices y sobre todo nunca tocar de más, sino tocar lo que la canción pide.
2. Conocer tu rol en el ensamble musical
Lo más importante a la hora de tocar con tu equipo musical en la iglesia es comprender el porqué lo haces pero también comprender qué es lo que haces dentro del ensamble, lo más importante es comprender tu rol, tu deber como músico en la canción. Sin importar qué instrumento estés ejecutando siempre tienes que saber qué es lo que la canción requiere y no meterte en los territorios de otro elemento / instrumento en el ensamble y/o la canción.
3. Que tu instrumento sea una expresión de tu adoración
Cuando estás sumergido y siendo participe en el ambiente de adoración hacia Dios, es importante que entiendes que tú eres un elemento que hace que la gente se conecte con Dios, por lo tanto estar en buena relación con Dios y ser excelente en tu instrumento (incluyendo los silencios, porque el silencio también es música) habla de tu compromiso con Dios y con la gente. Practica las canciones, aprovecha los ensayos para definir las partes que te tocan, también aprovechalos para preparar tu corazón con el equipo al interpretar las canciones en tu servicio de domingo. Deja que tu instrumento sea cual sea hable por ti. Recuerda que la actitud lo es todo.