Así como el agua (h2o) es un líquido necesario y esencial para la supervivencia de todo ser humano, en lo espiritual también necesitamos del agua pero no es la que conocemos sino es un agua que si la bebemos una vez nunca más tendremos sed.
En Juan 4, Jesús cansado por tanto caminar a las doce del día tenia mucha sed y se paró en un pozo llamado Jacob en una ciudad llamada Samaria y vino una mujer a sacar agua, y Jesús le dijo: Dame de beber, La mujer sorprendida le dijo a Jesús ¿como tu siendo judío me pides de beber siendo yo una samaritana? La mujer le dijo esto a Jesús porque en aquellos tiempos los judíos y samaritanos no le llevaban entre sí.
Jesús le dijo: Si tan solo supieras el regalo que Dios tiene para ti y con quién estás hablando, tú me pedirías a mí, y yo te daría agua viva.
Cualquiera que beba de esta agua pronto volverá a tener sed, pero todos los que beban del agua que yo doy no tendrán sed jamás. Esa agua se convierte en un manantial que brota con frescura dentro de ellos y les da vida eterna.
Por favor, Señor —le dijo la mujer—, ¡Dame de esa agua! Así nunca más volveré a tener sed y no tendré que venir aquí a sacar agua.
El agua es Jesús, y cuando lo recibimos en nuestro corazón, el Espíritu Santo viene a morar en nosotros y desarrolla en nuestro espíritu una fuente de agua viva que satisface nuestra sed de amor, gozo,y paz, siendo entonces esta verdad:
JESÚS SACIA LO INSACIABLE
Un día escuche alguien decir “ Se, el Bien Ser” y es el bienestar en el sentido de ser una buena persona en varios aspectos con virtudes como: la amabilidad, honestidad, bondad, solidaridad, servicio desinteresado, pulcritud, orden, responsabilidad, y más. Tiene que ver con sentirse pleno y bien con uno mismo, sentirse contento con la vida que le tocó vivir.
¿Y seamos honestos, podemos lograr esto por nuestras propias fuerzas? la respuesta es un rotundo NO, quizás se logre en un cierto nivel pero al final seguirás sintiendo un vacío, una sed espiritual, que solo el Agua que es Jesús la puede saciar. ¿Porque? Porque somos seres eternos y como seres eternos necesitamos del eterno Dios.
Dios te quiere dar ese bienestar, esa plenitud en todos los ámbitos de tu vida en lo físico, mental, emocional, social pero todo esto no se logra si no sacias primeramente lo espiritual.
Así como Jesús le dijo a la Samaritana, hoy te esta diciendo a ti:
“Pídeme de beber y del agua que yo te de nunca mas tendrás sed sino que de tu interior brotarán ríos de agua viva”
¿Deseas de esa agua hoy? Vamos pídesela, El te esta escuchando ahora mismo.